Bestias heridas o si Dios fuese una “mujer” nace de la posibilidad de enfrentarse a la creación desde una perspectiva diversa y enfocada en la integración.

 

Se viven tiempos que nos exigen fortaleza y valentía, y en ello, este proceso creativo busca resolver la necesidad de diálogo entre el antropocentrismo y la conciencia del mismo, desde las perspectivas individuales de lxs performers.

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Como un cuadro vivo que nos permite disfrutar de él habitando su construcción, "Bestias heridas [...]" se conjugan entre el imaginario propuesto por quien habita la escena y por quien la construye. Generando un vinculo entre realidad y ficción cargado de poesía, estética y plasticidad. 

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El planteamiento escénico lleva a pensar que, si Dios creó al “hombre” a su imagen y semejanza, y entiéndase “hombre” como ser vivo que se supone tiene capacidad por ejemplo para razonar o hablar, ¿qué le impide a la “mujer”, que es “hombre”, ser Dios?

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Cargando este argumento con dramaturgias e iconografías pertenecientes a otras épocas históricas se llega a la conclusión de que la insolencia es su diálogo, y por ello, la nueva “mujer” lleva traje como desafío, una “mujer” que ya no es igual al “hombre”, sino su adversaria.

 

Una “mujer” feroz, en constante y continuo crecimiento, que construye naturaleza hasta ser parte de ella. Animales que evolucionan en monstruos, monstruos en bestias…

Con Dios como arquetipo, “hombre” como estereotipo, “mujer” como prototipo, ser animal es el resultado.